Violencia blanca y maltrato mental

Sus artífices y mentores ocultos 



Cuando se plantea el tema de la violencia, casi todo el mundo relaciona la misma al campo de los fenómenos visibles y de ejecución fácilmente demostrable por las formas exteriores de su manifestación a través de episodios que van de lo trivial a lo aberrante. Es la violencia en sentido genérico, que suele dejar marcas físicas (y mentales) aunque sean leves. Pero no se advierte la ejecución de lo que sería la “violencia blanca”, cometida de manera sutil e imperceptible, al punto de no ser registrada ni advertida por quien la sufre. A diferencia de la violencia física, que tiene como destinataria a cualquier parte del cuerpo, la violencia blanca se ejerce en la mente y la sensibilidad de la víctima. Es decir, tiene como destinataria el mundo interno y silencioso de quien la padece. 

Las violencias del pensamiento

Hipótesis cognitiva sobre la opulencia y la indigencia 


Sabemos que los tratados de sociología en general nos brindan abundantes teorías y enfoques acerca de la pobreza, la indigencia y la marginalidad y relacionan los factores y condiciones socio-culturales que provocan las mismas. Pero ello no es suficiente a la hora de encarar soluciones de fondo a los problemas complejos que derivan de tales estados. Es así como la explicación parcial y simplista de la violencia que hoy vivimos encuentra su lugar predilecto en el casillero de la pobreza. 

El modelo mental como origen de la masacre

Desafíos y oportunidades para la educación


Pasada la instancia policial de la masacre que comentamos en nuestra nota anterior y que sacudió a millones de personas, es necesario observar el modelo mental del cual provienen hechos de esa naturaleza. Si bien todo el mundo quedó impactado ante las dimensiones de una conducta imposible de etiquetar, habrá que centrar el análisis y la reflexión un poco más a fondo del suceso ocurrido y de la consternación provocada. Visto desde el punto de vista sistémico, todo acontecimiento es un efecto que se torna visible después de recorrer el laberinto de los modelos mentales del sujeto. Por tal razón, y para no quedarnos en la superficie y en la periferia de lo que sucede, es necesario superar el nivel de los efectos y avanzar en el análisis y consideración de la matriz de pensamiento que causa y origina sucesos de esta naturaleza.

Masacre real y crueldad mental

Entre la fantasía y la ejecución 


Momentos antes de que ocurra una masacre, como la que tuvo lugar en la fecha, el consumo virtual de la violencia se encuentra en su apogeo en las mentes de quienes ofertan y adquieren productos de múltiples, sofisticadas y artísticas formas. Hasta que alguien decide y decreta en su mente que va a pasar de la fantasía a la ejecución de la violencia. Y lo hace con la precisión del formato virtual original. En sentido estricto, la presentación virtual de la película que orientó la masacre de referencia, como en otros casos la existencia de videos y novelas, se comportan como verdaderos mapas que han de guiar en algún sujeto el acierto de la ejecución. 

Imágenes mentales: su poder constructivo y destructivo

Segunda parte: 

Energía mental organizada 


A diferencia de los casos que planteamos en la primera parte, relacionados con el poder de las imágenes cuando actúan como energía mental fuera de control, en la presente nota trataremos el caso de las imágenes que se presentan en la mente cuando el sujeto está emocionalmente equilibrado, cuando el artista, el profesional, diseñador o artesano están creando, o deben resolver un problema o mejorar una situación. En tales casos, las imágenes mentales se construyen con el dinamismo de un juego de libertad, actividad fecunda, bienestar y autonomía, diferentes a las imágenes cuya energía fuera de control convierten al individuo en un autómata. 

Imágenes mentales: su poder constructivo y destructivo

Primera parte: 

Energía mental fuera de control 


Si algo unifica a todos los seres humanos es que, sin excepción alguna, son usuarios de las imágenes mentales que construyen en cada momento de sus vidas. En cada instante y de manera a veces vertiginosa, a veces apacible, o cuando el sujeto actúa o cuando descansa, o cuando actúa bien o cuando actúa mal o destruye, siempre su mente está manejando y construyendo imágenes. Si observamos a cualquier grupo de personas, será fácil colegir que ninguna mente escapa a esa condición universal de estar ocupada con imágenes que deciden la acción a seguir por el sujeto. Esto significa que, además del rasgo general aludido en primer término, si la persona no sabe dominar sus imágenes, se convierte en un conspicuo seguidor ciego de las mismas, generando las respectivas conductas y comportamientos. 

El sufrimiento como moda

Suicidio oculto en los rincones del pensamiento 


Los rincones de la mente guardan secretos inaccesibles aún para el propio sujeto. De allí que la recomendación socrática del conócete a ti mismo no se refiere a una simple maniobra auto-diagnóstica propia de los test de personalidad. Tampoco se trata de identificar minuciosamente las emociones y condicionamientos que aquejan con frecuencia a cada individuo. Se trata de algo más profundo, de ir a aquellos rincones de la mente, desconocidos y de difícil acceso, a través de un proceso de comprensión y bajo la estricta condición de que su protagonista ejerza su autonomía intelectual y su titularidad sin ser sustituido por la opinión o el pensamiento ajenos. Es un trabajo de reflexión sin intermediarios que no se limita a un período de tiempo, sino que abarca todo el trayecto existencial del ser humano. 

Baja autoestima: origen cognitivo

El talento en medio de nubes mentales 


La insatisfacción es un estado emocional que puede, en ciertos casos, movilizar el talento creativo del artista, del profesional, del comerciante y de todos aquellos que aspiran a salir del estado actual en que se encuentran. Conscientemente advertida, la insatisfacción es un recurso que genera motivación y estímulo, por lo que no es de extrañar que se convierta en un auxiliar y en una fuerza emocional que podría impulsar al éxito. El problema surge cuando la insatisfacción se convierte en una fuerza emocional crónica que anula la lucidez mental y la capacidad de acción en virtud del inmovilismo que genera en una voluntad sin motivación. 

Adolescentes combativos frente a educadores confundidos

Cuando el docente inexperto no sabe qué hacer 


En el contexto actual del escenario escolar, aparece el adolescente combativo y convencido de que tiene que librar una lucha. Sea para hacer valer sus derechos ante las autoridades escolares que no lo comprenden, sea para negociar satisfactoriamente el acceso a beneficios razonables o inaceptables, sea para buscar la equidad de una calificación, sea para querer “zafar” con picardía, sea para lo que sea, en todos esos casos se requiere que los educadores, tanto en su papel de padres como de docentes, no se sientan confundidos y sin saber qué hacer. 

Vejez prematura y avejentamiento juvenil

Enfoque cognitivo de la vejez 


La vejez que va emergiendo y asomando serena y suavemente en el proceso natural de la vida, es el signo elocuente de una vida pletórica y de lucha que transita el trayecto creativo de la experiencia y el aprendizaje continuo. La vejez por “avejentamiento”, en cambio, es el signo de una vida mal vivida. 

Tiempo improductivo: ¿es posible recuperarlo?

Fracasos y pérdidas como experiencias valiosas 


La pérdida que más lamenta el ser humano es la pérdida del tiempo. A tal efecto, los mercantilistas a ultranza no dejan de señalar que “el tiempo es oro”. Aparentemente inocente, esa expresión hace sufrir y vivir en estado de inquietud y zozobra permanente a quienes tienen la propensión a sacar cuentas y calcular las ganancias no percibidas por el mal uso del tiempo. En ese tiempo cronológico, al que pertenecen el reloj, la agenda y el almanaque, se fracasa, se pierde y se gana. Pues todo se mide pensando en la rentabilidad del tiempo bien aprovechado. Pero esto no es suficiente si no se incorpora un estado de conciencia que permita descubrir la dimensión y valorar la fecundidad de un tiempo superior y trascendente.

Adultos ociosos y sin autoridad

Cómo llegar a ser dueño de sí mismo 


En nuestra nota anterior, planteamos la responsabilidad de todo educador de formar a sus hijos o alumnos, según el caso, para que en el futuro puedan lograr un aprovechamiento del tiempo libre y evitar buscar, a modo de “relleno”, vivencias carentes de sentido en la frivolidad de ciertos entretenimientos. Para lo cual, era necesario que los jóvenes aprendieran a organizar su mente y usar debidamente la inteligencia a fin de evitar el vacío, el aburrimiento y la rutina, propio de quienes no tienen nada que hacer porque están ociosos. Este es el desafío formativo de todo adulto que, por su experiencia, se supone que aprendió no sólo a usar el tiempo libre y hacerlo productivo, sino también a enseñar esto a quienes todavía están aprendiendo a vivir. 

Creatividad para el ocio versus rutina ociosa

EDUCAR PARA EL OCIO PARA NO TENER JÓVENES OCIOSOS


(Un nuevo escenario para padres y docentes)


Dicen que para ser creativo hay que disponer de cierto ocio. Puede ser así. También dicen que la tecnología acelera los procesos y procedimientos y que de esa manera se generan espacios de ocio. También los griegos hablaron del ocio. Y siguiendo la lista de los que dicen cosas relacionadas con el ocio, está la más elegante de todas y que forma parte de un capítulo de las ciencias de la educación. Ese capítulo postula, ya desde hace varias décadas, educar a las nuevas generaciones para el ocio. 

El aburrimiento mata la creatividad

Cómo salir de las zonas áridas de la rutina y el vacío 


Para lograr una referencia interna acerca de si ejercemos o no nuestra capacidad creativa en la vida cotidiana, debemos indagar y preguntarnos en qué estado mental nos encontramos. Seguramente podremos detectar e identificar un estado que muchas veces no se registra como inconveniente y que, para muchos, resultaría normal y hasta inofensivo. Se trata del aburrimiento, una palabra que no es para nada neutra sino, por el contrario, encierra el germen de la aridez de pensamiento y del vacío sensible de una persona. 

Cómo detectar la propia capacidad creativa

Lo que no es creatividad y simula serlo 


Es muy difícil responder a la pregunta acerca de nuestra capacidad creativa, pues algunos no creen tenerla y la gran mayoría se considera creativo e innovador. Estos últimos toman como referencia su predilección a sentarse sobre el escritorio cuando dictan una clase, el no usar traje o corbata para desafiar un ambiente formal, el cambiar de menú por el mero hecho de cambiar, o cualquier otra situación que salga de lo común o que muy pocos protagonicen. En rigor, estos comportamientos no miden la creatividad personal. No la miden porque son comportamientos externos que muchas veces conviven con el aburrimiento de quien los protagoniza. 

Creatividad es generar bifurcaciones conscientes

Apertura mental hacia nuevas hipótesis


En nuestra nota anterior establecimos que toda respuesta debe abrir el paso a nuevas preguntas. Esto, que en el campo científico, tecnológico o social constituye un desafío creativo para cualquier investigador, profesional o técnico, es la base cognitiva del desarrollo. La misma ciencia y cualquier tecnología aplicada a las diversas áreas de la vida social, se alimentan y nutren constantemente de esa apertura del conocimiento hacia nuevas hipótesis e interrogantes. Por eso, utilizando el concepto sistémico de bifurcación, diríamos que la capacidad creativa del sujeto (investigador, profesional, técnico, joven o adulto) se define por la formulación constante de nuevas preguntas ante las respuestas que va obteniendo en cualquier campo de la vida. 

Creatividad: su secreto y vitalidad

Pensamiento crítico y confrontación de hipótesis


A medida que los individuos conocen y aprenden, la inteligencia va logrando respuestas y conclusiones que formarán parte del bagaje conceptual, intelectual y moral de la vida humana, al punto de llegar a formar una red de conocimientos en beneficio propio y de los demás. Sin embargo, se aprecian diferencias muy notables en el modo como cada uno forma y construye el propio bagaje de conocimientos. Están aquellos que “guardaron” de manera definitiva y sin modificación alguna las respuestas que recibieron y las conclusiones que obtuvieron en algún momento, dando lugar a una suerte de “patrimonio cultural acumulado”. Por otra parte, están quienes han sometido las respuestas y las conclusiones obtenidas a una permanente renovación y modificación a través del pensamiento crítico y la confrontación de hipótesis.