Impacto de los pensamientos negativos en la vida cotidiana
En nuestra nota anterior, dijimos que el contenido de la mente define el contenido de la vida, dado que éste depende de lo que elaboramos y concebimos internamente. Los enfoques cognitivos establecieron, ya desde la antigüedad, que la conducta humana depende de la representación mental que el sujeto construye para llevar a cabo un proyecto o definir el sentido de su conducta y de lo que aspira en la vida. De allí que dicha representación actúa como elemento previo e insoslayable en todo el abanico del comportamiento humano, sea en aspectos relacionados con cualidades y virtudes como disfunciones o defectos. Surge, entonces, que la actividad del ser humano procede de las imágenes y pensamientos que va construyendo, siendo éstos el elemento causal del amplio espectro comportamental.