El equilibrio ante el resentimiento y el fracaso

El odio como falta de confianza en si mismo


Frente a las cosas que salen mal, ante los proyectos que fracasan y ante las situaciones que provocan cierta vergüenza y dolor, los seres humanos tienen una tendencia a calmar y a pretender olvidar lo que les hace sufrir. Así, viven durante mucho tiempo distraídos por la anestesia de un sufrimiento que no pueden olvidar, lamentando y contagiando ese descontento al entorno circundante.
Muchos llegan al auto-engaño, buscando afuera una serie de explicaciones sin tratar de hacerlo dentro de ellos mismos. Esto ocurre cuando sienten que lo que les está ocurriendo, o les ocurrió, responde a la mala suerte, a las decisiones de otros o a un destino implacable del que no es fácil escapar.

Anorexia emocional y obesidad mental


El permanente descontento e insatisfacción con que muchos individuos transitan sus días, generan una suerte de anorexia emocional y obesidad mental que afectan la autonomía y la capacidad de disfrute en lo familiar, laboral y personal. Esto explica por qué gran parte de los jóvenes y adultos viven sumergidos en un estado de ansiedad provocado por la falta de confianza en las propias capacidades y por las angustias del no reconocimiento y de la no aprobación social. Este es el caldo de cultivo de la sumisión y la pasividad de un sujeto que se ve impedido de reconquistar el propio espacio de intimidad y de acceder a la felicidad de una vida autónoma y creativa.

Los condicionamientos de la mirada ajena

Los personajes que creamos y someten nuestra vida



En la vida corriente, es muy común observar que a las personas se les presenta una alternativa implacable. Por un lado, abandonarse a la iniciativa ajena y, por otro, decidir tomar iniciativas como sujeto creativo, consciente y autónomo. Cuando se abandona la iniciativa propia, se pierde la autonomía para pensar, emergiendo un estado de sumisión donde el sujeto es manejado por personajes que lo esclavizan y le hacen perder su espacio de auto-realización. El sujeto creativo, en cambio, modela su propia escultura personal, tratando que su pensar y su sentir converjan a un estado de actividad fecunda, constructiva y sin intermediación de personaje alguno.

El mito de la felicidad cotidiana

Entre el disfrute fugaz y la capacidad para disfrutar


Se comenta habitualmente que la felicidad tiene un carácter esquivo, que es imposible lograrla y que se presenta siempre fugaz. De esta manera, casi todos tratan de convencerse de que con los pequeños detalles de la vida cotidiana, con la alegría que provoca la percepción de un paisaje, con un gesto sencillo, con la preparación de una buena comida o con la lectura de un libro, se pueden encontrar en tales situaciones fragmentos de felicidad. Esto podría explicar el hecho tan conocido de que, para estimular el consumo de un determinado servicio o bien, la publicidad apele a la confusa afirmación de que la felicidad está hecha de pequeños momentos.

La contradicción humana

Entre la fuerza destructiva y la capacidad constructiva





En el campo de la conducta y de la amplia variedad de los comportamientos humanos, encontramos diferentes actitudes de los individuos que oscilan, a veces de manera contradictoria e inexplicable, entre dos extremos en lucha que manifiestan una constante fluctuación entre la fuerza destructiva y la capacidad constructiva ínsitas en toda psicología humana. Esto explica por qué es necesario el esfuerzo y la voluntad individual para dirimir una colisión interna de fuerzas y energías en constante lucha y oposición. 

Volver a ser uno mismo

La intervención ajena en la propia escultura personal




Volver a ser uno mismoQuizás el verbo “volver” sea incorrecto o esté demás. Es como si alguna vez hubiésemos logrado ser uno mismo. Por ahora, esto no importa. Lo que interesa es que esta expresión alude a una situación anhelada por la gran mayoría y que adquiere virulencia creativa en la madurez o en el ocaso tardío de la vejez.

Cómo lograr ser el que quiero ser

Cuando los padres impiden la identidad de sus hijos

Una de las razones de nuestra insatisfacción en la actualidad, proviene del hecho que consideramos que no somos felices porque no somos aquel que quisiéramos ser o aquel que quiso ser y no pudo por imposición externa o dejadez. Esto conlleva un estado de ánimo en el que tanto lo que hacemos como nuestra vida misma no nos satisfacen ni dan alegría cotidiana. Por eso, nos sentimos compulsivamente volcados a lograr metas que alguna vez estuvieron en nuestro imaginario personal y que simbolizaron el logro de la felicidad. Y es muy posible que en base a ese imaginario construyéramos el edificio de nuestra realidad personal.

Cómo reparar el daño de la sensibilidad bloqueada

El juego armónico de la inteligencia y la sensibilidad


Por experiencia sabemos que cuando la mente es invadida por imágenes y pensamientos que adquieren fuerza descontrolada, la sensibilidad queda afectada, generando las conocidas perturbaciones y daños psico-emocionales.Estas perturbaciones se comportan como condicionamientos y bloqueos cuya gravedad tendrán un alcance e impacto según su intensidad y las circunstancias de la vida personal. Así, es posible ponderar y evaluar, desde el campo educativo, la característica y naturaleza de los modelosmentales, de las actitudes y de los comportamientos disfuncionales provenientes del historial cognitivo-emocional que, a lo largo de su vida, el sujeto fue aprendiendo e incorporando a través de sus vivencias fallidas.