Volver a ser uno mismo

La intervención ajena en la propia escultura personal




Volver a ser uno mismoQuizás el verbo “volver” sea incorrecto o esté demás. Es como si alguna vez hubiésemos logrado ser uno mismo. Por ahora, esto no importa. Lo que interesa es que esta expresión alude a una situación anhelada por la gran mayoría y que adquiere virulencia creativa en la madurez o en el ocaso tardío de la vejez.


Para volver a ser uno mismo, o simplemente ser uno mismo, seguramente deberíamos des-aprender y despojarnos de lo que todavía mantenemos como adherencias o incrustaciones provenientes del exterior y que inciden en nuestro modo de ser, de pensar y de vivir. Las mismas se fueron adquiriendo sin tener en cuenta el latido genuino de la vida personal y adhiriendo al ruido estrepitoso de un deber ser impuesto por los parámetros de una vida que no percibió el valor y la riqueza de pensar y sentir como sujeto autónomo y principio de iniciativa. 

Por eso, se trata de des-aprender para empezar a encontrarnos con nuestra realidad interior y con lo mejor de nuestro ser. Aprender de nuevo no es tan arduo como parece, pero exige ser consciente y observar las experiencias vividas en el trayecto recorrido. Para que ese camino constituya en el presente un tramo de aprendizaje evolutivo y de re-encuentro consigo mismo, debemos observar el estado mental que no nos hizo ser en plenitud lo que hubiésemos querido ser. Ello, sin excluir aquellos casos inversos relacionados con la confianza que generó en cada uno el vivir consciente y creativamente. Este aprendizaje constituye un bagaje inapreciable que podría dar impulso a nuevas decisiones y renovaciones de nuestra realidad personal.

Al respecto, existe una multiplicidad de enfoques y propuestas que apuntan a este rescate del propio ser, a cómo volver a ser uno mismo y lograr ser el que quisiéramos ser. Sea a modo de teorías, de reflexiones prácticas, de axiomas o aforismos, representan un intento de volver a las fuentes de uno mismo y de sacarse de encima aquello que no somos.

Tales intentos muchas veces quedan en la incipiencia, al no comprender que el rescate de la propia identidad constituye un recorrido complejo que no es reductible a la mera comprensión teórica o a vivencias emocionales fugaces. Salir de ese estado requiere la realización de un proceso sostenido e ininterrumpido que, partiendo del diagnóstico inicial sobre nuestras insatisfacciones y defectos, se logre transitar un camino de des-aprendizaje y de reversión de lo adquirido por imposición cultural, familiar o social. Revertir las consecuencias no deseadas de esa manera inconsciente y espuria del aprendizaje pasado, exige un cambio de conceptos que induzca a un cambio mental y a una vía de acceso mayéutico al conocimiento de sí mismo. 

Conocerse a sí mismo sin aditamentos debería ser el objetivo central de padres y educadores a fin de que faciliten, siempre desde afuera y sin intromisiones, el desarrollo de las capacidades que permitan la búsqueda de aquello que será lo más adecuado para ser feliz y evolucionar. Esto es lo que reclama la vida de quienes se encuentran en estado de formación bajo el propósito de ser más. Este proceso, pedagógicamente considerado, exige una manifestación consciente de la sensibilidad y de lo que constituye la esencia de nuestro ser individual. Por las razones apuntadas, también exige reparar el daño de una sensibilidad bloqueada por no haber comprendido que la autonomía de pensamiento debería constituir el primer peldaño para facilitar el desarrollo ulterior y evitar perderse en los laberintos de una confusión destructora de la propia identidad.

En este proceso no lineal y asimétrico, con altibajos, contradicciones, conflictos y aprendizajes por ensayo y error, se vislumbra la verdadera felicidad. Las demás metas hacen al acceso a la satisfacción y al bienestar. Es así que por impericia, dejadez o comodidad, en muchos casos el sujeto excluye su acceso a la felicidad por limitar su vida a la búsqueda de un bienestar fugaz incompatible o a costa de aquélla. Y aun cuando en ciertas circunstancias se excluyan recíprocamente por dicha impericia, es posible educar la mente y la sensibilidad y promover la connivencia consciente entre felicidad y bienestar en la vida cotidiana, constituyendo tal equilibrio una loable y saludable aspiración. 

El precio de tal anhelo tiene un costo evolutivo que habrá que afrontar mediante la adquisición gradual de nuevas capacidades y conocimientos que permitan renovar la propia vida. Así, se la podrá cambiar sin apelar a agregados externos y recurriendo al noble ingrediente de la íntima convicción.

De esta manera, podremos ser artistas fecundos y creativos para trabajar en el lienzo de la propia vida y trazar allí los mejores rasgos y colores más sutiles. Caso contrario, la opacidad será el caldo de cultivo del pesimismo y de la incapacidad para emerger. Al respecto, Max Scheller simboliza este proceso como el “martirio escultórico de sí mismo”, a modo de un trabajo personal que nos convierte en verdaderos artistas para con nosotros mismos y en un genuino escultor sin relación de dependencia.

La función central de la vida humana consiste en transitar un proceso y un trayecto que por ensayo y error nos vaya ayudando a comprender un poco más cada día y cada momento y descubrir en qué fuimos sustituidos por lo que no somos. Descubrir qué nos sustituye y no nos deja ser, implica constatar y eliminar los disfraces que colocaron no pocos escultores ajenos opacando nuestra identidad y ocultándola en las formas artificiales de una tecnología seductora y atrapante. Por eso, el desafío creativo y artesanal consiste en dejar de permanecer en la periferia alienante de una cosmética personal cuyo magnetismo y fascinación nos inducen inadvertidamente a esterilizar artificiosamente nuestra propia capacidad creativa.


Dr. Augusto Barcaglioni



(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia los temas más sensibles y críticos)



2 comentarios:

  1. Excelente metáfora, me conmovió y me hizo reflexionar lo poco que hacemos para ser felices. Fue un lindo estímulo leer la nota...

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  2. Muy buena la reflexión, importante tener en cuenta estos puntos de vista cuando de ser uno mismo se trata. Cada uno debe "pintar su propia obra de arte" canalizando sus propios deseos e impulsos genuinos de su ser. Muchas gracias.

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