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La difícil aventura cotidiana para decidir

El arte de mentirse a sí mismo 


A diferencia del hombre libre, con capacidad de decisión para actuar y pensar con autonomía, el esclavo transcurre su tiempo en una vida programada y decidida por otro. Aquí, “el otro” aparece a la mente del esclavo bajo una imagen de seguridad y rigidez que le permite vivir la sensación de estar en un apacible resguardo sin sobresaltos ni sorpresas. Esto significa que su vida se consume en la aridez y en la monotonía de hacer siempre lo que otro decide, sin siquiera cuestionar, opinar o cambiar sus rutinas, dado que prevalece un oculto temor a equivocarse. 

Los caminos hostiles

La oportunidad inteligente de acercarse a una nueva realidad 


A diferencia de los caminos y senderos plenos de comodidad, confort y bienestar para quienes los transitan, los caminos escarpados son abruptos y molestos, aun cuando en ciertos casos podrían ofrecer algunas ventajas. Lo cierto es que el sendero escarpado reclama ser transitado de manera consciente y cuidadosa, a la inversa de aquellos caminos en que la comodidad permite a quienes los transitan algunas despreocupaciones y hasta descuidos sin consecuencias graves. 

Los contenidos de la mente

Impacto de los pensamientos negativos en la vida cotidiana 

En nuestra nota anterior, dijimos que el contenido de la mente define el contenido de la vida, dado que éste depende de lo que elaboramos y concebimos internamente. Los enfoques cognitivos establecieron, ya desde la antigüedad, que la conducta humana depende de la representación mental que el sujeto construye para llevar a cabo un proyecto o definir el sentido de su conducta y de lo que aspira en la vida. De allí que dicha representación actúa como elemento previo e insoslayable en todo el abanico del comportamiento humano, sea en aspectos relacionados con cualidades y virtudes como disfunciones o defectos. Surge, entonces, que la actividad del ser humano procede de las imágenes y pensamientos que va construyendo, siendo éstos el elemento causal del amplio espectro comportamental. 

El contenido de la mente define el contenido de la vida

¿Qué tiene cada uno en su mente? 

Cuando vemos a una persona, conocida o no, surge la necesidad de indagar acerca de cómo es su vida y en qué cosas o cuestiones ocupa su tiempo y los espacios de su mente. Así, en unos casos, el observador indaga acerca de aspectos relacionados con las condiciones materiales, de confort, de trabajo, de convivencia, si tal persona tiene aspiraciones y metas, si posee familia, vive bien, de manera confortable o sufre necesidades. 

El arte de empezar de nuevo

La sabiduría de actuar y vivir sin reproches 

Para restablecer el impulso creativo de la alegría cotidiana, se hace necesario un aprendizaje que permita vivir con intensidad los instantes y momentos del día. Un elemento que conspira contra ello, es el temible reproche. En sus diversas versiones, todo reproche tiene un efecto descalificador, al punto de quitar valor a quien cree ser sujeto de algún merecimiento. 

La alegría cotidiana como impulso creativo

Calidad de vida es hacer fluir la autonomía en cada instante 

Quienes siguieron nuestras últimas reflexiones, habrán podido detectar la secuencia lógica y el valor existencial de los conceptos para poder llevar a la práctica un enfoque diferente respecto de lo que comúnmente se entiende por calidad de vida. La tan mentada calidad de vida se la considera vulgarmente como si fuera un estado de felicidad cuasi-providencial que se obtiene en circunstancias especiales y hasta con erogaciones y recursos especiales. Cuando se piensa así, la calidad de vida y la felicidad nunca llegan, ya que denota una dependencia mental a situaciones y a factores externos a la realidad y a la sencillez de la vida del sujeto. 

Por qué los proyectos fracasan y los vínculos desaparecen

La rigidez mental como disfraz de la inseguridad en si mismo


La rigidez mental proviene de una suerte de parálisis del pensamiento, generada por la falta de agilidad y flexibilidad para interpretar los cambios y las fluctuaciones naturales del entorno que rodea al sujeto. De allí la dificultad de quien la padece para vincularse y establecer adaptaciones en armonía con los demás. Las “adaptaciones en armonía” se gestan en la conciencia y el convencimiento íntimo que le permite al sujeto promover relaciones flexibles y abiertas, a diferencia de las “adaptaciones forzadas” que surgen de la necesidad o la conveniencia. Por eso, estas últimas no son tales, pues podrían mantener un sedimento de rigidez que emergería nuevamente al desaparecer la necesidad o el motivo de esa aparente adaptación. 

Síndrome del esclavo satisfecho

La trampa mental del esclavo culto 


Planteando un absurdo con cierta ironía, diríamos que lo peor que le podría pasar a un esclavo es sentirse satisfecho con la vida que está viviendo y con el trato que le ofrecen. Este tipo de satisfacción paradójica, que en la cultura actual es propia del neurótico adaptado, no piensa ni prevé el futuro y reduce la vida a la satisfacción inmediata de lo cotidiano. Esto constituye una verdadera trampa mental, ya que incrementa cada vez más la aceptación resignada de una condición inadvertida de esclavo. Lo que define a un esclavo no son sus cadenas físicas ni la imposibilidad de moverse de un lugar a otro sin previa autorización. Exagerando más, tampoco los latigazos pasarían a constituir el componente más importante de la condición de esclavo. 

Cómo dejar de ser un esclavo bien vestido

Trabajo rutinario, talento postergado


Cuando alguien trabaja mal porque se siente incómodo por una rutina plagada de aburrimiento, se podría decir que está achicando su vida y le está quitando esa energía que conduce al placer y a la satisfacción con la tarea que se hace. Sea porque el sujeto no se siente capaz o porque está en el lugar equivocado, lo cierto es que el trabajo rutinario posterga su talento y conspira contra su creatividad. Observando la dinámica de nuestra encuesta semanal, nos encontramos con datos (provisorios) poco alentadores, frente al cual deberíamos reflexionar para poder recuperar ese talento creativo que oxigena y dinamiza la vida personal. 

Trabajar con arte o estar ocupado en la rutina

La creatividad del sujeto autónomo y la monotonía del autómata 




Generalmente se considera como una cuestión válida y universalmente aceptada, el hecho de que a un elevado porcentaje de individuos le resulta tedioso y deprimente visualizar el trabajo del día siguiente. Sea por la ejecución del trabajo en sí o por el clima en que se lo ha de realizar, lo cierto es que se espera el viernes como el día más distendido, ante la inminencia de un fin de semana imaginado como liberador y altamente placentero. Pero la realidad del mismo fin de semana en muchos casos no se presenta tal como fue imaginada, ya que la paz anhelada y las gratificaciones casi nunca aparecen. Esto demuestra que el ser humano tiende a compensar con su imaginación lo que en la realidad se le presenta como adverso y tedioso. 

El necio y su función de retardo

El necio influyente retrasa la acción del grupo donde actúa 


En realidad, con esta nota concluimos la “semana del necio”, en homenaje a las víctimas de la profesión más extendida y hasta milenaria y de la que ninguna sociedad, familia, pareja u organización pudo escapar. En cualquier lugar en el que se encuentre un necio activo e influyente, allí mismo aparecerá, de una manera u otra, una función de retardo o de interferencia. El hecho de tener que tratar de convencer al necio de su equívoco mediante intentos que resultan de entrada infructuosos, implica un desvío en el uso del tiempo y de la energía individual o grupal. No es el caso de persuadir a quien está abierto al diálogo y a nuevas comprensiones, sino de forcejear sin resultado alguno ante quien cerró su mente y se adueñó de una verdad implacable y superior a cualquier otra. 

El silencio del sabio y la verborragia del necio

Mapa oculto de la armonía y el conflicto grupal 

Si tomamos cualquier grupo humano, desde la pareja, la familia, el aula escolar, el ambiente laboral, hasta el clima de las grandes organizaciones, sin excluir el mismo entorno social, encontraremos un mapa oculto configurado por dos fuerzas también ocultas y contrapuestas en constante pugna. Es la lucha entre el sabio y el necio; o mejor dicho, la lucha entre el hombre sencillo y de sentido común y el necio que ignora lo que cree saber. Así, en ese campo de lucha se enfrentan el silencio oportuno del cuerdo y la verborragia grandilocuente del mediocre. 

Enfrentar y ampliar los propios límites

Adaptación constructiva a situaciones hostiles e imprevistas 


Como todo ser viviente, en ciertos momentos y circunstancias el ser humano debe enfrentar situaciones inesperadas, virulentas y hostiles. Esto podría exceder su umbral de tolerancia a la adversidad o a ciertos estímulos inusuales o excesivos. Cuando esto último sucede de modo extremo, puede sobrevenir la muerte o la enfermedad y esta es una regla universal en la naturaleza de todo ser vivo. Por otra parte, y debido a su configuración psicológica y mental, el hombre debe enfrentar situaciones adversas que conmueven su vida emocional y mental. En este terreno cognitivo, tampoco queda exceptuada la regla universal relacionada con los umbrales de tolerancia que la psiquis humana tiene también con aquello que se le presenta con rasgos de hostilidad. 

Adaptación para enfrentar obstáculos y problemas

Adaptaciones ascendentes, descendentes y degradantes 


El significado de la palabra temple ofrece una diversidad muy rica de significaciones aplicables a la psicología humana. Connota moderación de la fuerza emocional y conlleva la idea de sosiego y equilibrio de los estados de ánimo. La capacidad que permite al sujeto enfrentar con serenidad las situaciones difíciles o peligrosas constituye su temple y su fortaleza, cualidades que no podrían gestarse si aquél, por falta de confianza en sí mismo y por pesimismo, se vería impedido de una mirada expansiva y confiada de la propia vida. 

El estigma sombrío del pesimismo

Violencia blanca que ennegrece y enturbia la mente 


Un condicionamiento que se comporta como un verdadero estigma mental, al punto de inmovilizar y enturbiar la percepción de la realidad, es el pesimismo. El pesimismo es otra de las “marcas” mentales que configuran obstáculos que perturban el ejercicio de la autonomía de pensamiento, al impedir al sujeto confiar en su capacidad cuando debe enfrentar un obstáculo, relacionarse o vivir cada día. En total contraposición con el concepto aristotélico de la vida como movimiento y renovación constante, la marca del pesimismo llega a ser indeleble en ciertos individuos, al opacarles la visión de la vida y del futuro mediante imágenes sombrías. 

El estigma agresivo de la soberbia

La violencia blanca que conduce a la humillación ajena 


Dicen que cuando dios decide perder a algún ser humano, le envía la soberbia. Parecería ser que para corregir, enseñar o castigar a quien transgredió alguna ley universal, a pesar de ello el todopoderoso le otorga posibilidades de recuperación y encauzamiento; jamás busca perderlo. Pero, siguiendo la metáfora, a quien querría perder para siempre y ausentarlo de su mirada le envía algo aparentemente liviano y sin contenido punitivo. Simplemente le envía la soberbia, que lo ha de enceguecer y alejar de todo, a fin de quedar fuera del circuito de la rehabilitación y de la auto-corrección. Así, con la soberbia el individuo queda fuera de sí mismo, alejado de la realidad y marginado de la comunidad de amigos y del vínculo afectivo con los demás. 

El estigma degradante de la envidia

Segunda parte 

Reversión del elogio y distorsión del esfuerzo como formas de violencia blanca 


En nuestra nota anterior mencionamos el estado de abatimiento que padece el envidioso por la falta de confianza en sí mismo, al quedar sumergido en las sombras del éxito ajeno. Ese estado degradante de la envidia se origina en procesos cognitivos que, por acción u omisión, por exceso o por defecto en la educación recibida en el pasado, generaron situaciones por las cuales, desde temprana edad, el niño advierte que lo que le gustaría poseer ya lo tiene otro y, en ausencia de un proceso reflexivo y de comprensión, fomenta un disgusto creciente ante la posesión ajena. Es lógico que este sentimiento se origine en quien, como el niño, todavía no ha logrado completar su formación con la toma de conciencia de sí mismo y de los demás. 

El estigma degradante de la envidia

Primera parte 

La violencia blanca que inhibe la alegría y la creatividad humana 


¿Cómo y por qué surgió la envidia en nuestras vidas? ¿Qué registros conscientes tenemos acerca de su origen? ¿Por qué nos incomoda el éxito y el bienestar ajenos? 

El estigma de la timidez

Violencia blanca ejercida por padres y docentes 


A fin de facilitar el proceso mayéutico que permita el re-diseño de una mente afectada por las diversas formas de violencia blanca, deberíamos introducirnos en el análisis de los condicionamientos que terminaron en conductas de timidez, envidia, soberbia, pesimismo y tantas otras que se pueden identificar a través del recurso instrospectivo. Ello permitirá comprender la fuente de la cual provienen tales comportamientos y que tuvieron su origen en determinadas etapas de la vida infantil, adolescente o adulta. 

Estigmas de la violencia blanca

Cómo llegar a ser el diseñador de la propia inteligencia 


Una característica de la violencia blanca es que, empezando por la propia víctima, casi nadie advierte cuando se la ejecuta y muy pocos detectan sus efectos y consecuencias. Salvo casos excepcionales, el destinatario no tiene elementos ni recursos mentales y emocionales que le permitan registrar la violencia ejercida sobre su mente y su sensibilidad. A diferencia de la violencia “roja” (conocida bajo las diversas formas de agresión física y verbal), la violencia “blanca” se alberga en los rincones más profundos y más escondidos de la mente que fue víctima.